«Si seguimos siempre haciendo las cosas de la misma manera, obtendremos los mismos resultados», o dicho de otra manera, «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo», pensamientos en alto que un tal Albert Einstein mencionó alguna vez.Cambiar la manera de proceder y de hacer las cosas, no resulta nada fácil, es incómodo, requiere preparación y formación, tiempo para pensar en qué quieres cambiar y cómo vas hacerlo, valentía para tomar decisiones difíciles, estar dispuesto a recibir críticas, a tener que dar explicaciones, en definitiva, obliga a salirse de la zona de confort. Poca gente está dispuesta a asumir este riesgo, porque nadie te garantiza que haciéndolo, vayas a tener éxito, pero también es cierto que si no fuera por todas esa gente disruptiva y transformadora dispuesta a aportar nuevas ideas y cambiar la manera de hacer las cosas, sería imposible que la sociedad avanzase y evolucionara.

El ámbito profesional me parece uno de los mejores ejemplos para identificar este tipo de patologías. Muchas empresas aspiran a relacionar su imagen de marca con aspectos como la modernidad, la innovación, la originalidad, la calidad, etc. Llegar a conseguirlo es todo un desafío, porque detrás de cada compañía, lo que hay son personas, con sus vicios adquiridos, intereses, miedos, frustraciones y expectativas. Para cambiar la mentalidad de las personas y su actitud, con el fin de conseguir alinearlos con los valores y objetivos de la empresa, hace falta contar y apostar por muchos más líderes y menos jefes.

Los equipos de trabajo deberían tener que ver a su responsable (líder) como una persona cercana que forma parte del engranaje del grupo. Su rol de liderazgo no se lo otorga el título del puesto que tiene, sino el respeto profesional y la influencia que ejerce sobre los integrantes del equipo y que éstos aceptan y valoran. Compartir ideas, hacer equipo, pensar en las personas que lo integran, atender sus preocupaciones, intentar hacer frente a sus expectativas, identificar los objetivos comunes, avanzar juntos y unidos hacía ellos, sin egos, con humildad, deberían formar parte de las prioridades y obligaciones de cualquier persona con la responsabilidad de formar y liderar un equipo altamente productivo.

«Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo», si quieres cambiar las cosas, apuesta por nuevos estilos de trabajo, apuesta por las ideas y la colaboración, por la actitud y por el compromiso, apuesta por el trabajo en equipo, el esfuerzo y su reconocimiento, apuesta por la honestidad y sobre todo, apuesta por las personas más capaces de llevar todo esto adelante. Cambia las maneras de hacer las cosas.