Ahora que llega el final del año creo es un buen momento de hacer balance de lo ocurrido durante los último doce meses, de los objetivos que te marcaste al inicio y de lo que realmente has conseguido alcanzar.
Del mismo modo, también es igual de importante hacer una pausa para intentar recordar y reflexionar sobre todos esos acontecimientos y situaciones no previstas a las que ha tocado hacer frente durante el año, porque este tipo de situaciones son las que realmente nos ponen a prueba y dan la verdadera talla de nuestras debilidades y fortalezas.
2016 no ha sido un año precisamente tranquilo ni fácil. Inestabilidad laboral, eternos cambios organizativos, la marcha de buenos amigos y compañeros de profesión, manifestaciones de tu cuerpo recordándote que la ansiedad no es buena compañera de viaje y que el peaje que al final terminas pagando es alto y casi siempre inútil… Con este panorama, es inevitable que surjan dudas y uno se planteé muchas cosas.
Pero dicen que siempre hay luz al final del túnel. Y es que, sin lugar a dudas, lo que realmente marca la diferencia en las personas es la actitud y mentalidad con la que afrontan los retos y dificultades que se les presentan. Puedo decir, a pesar de todo, que este año ha sido uno de los más interesantes e enriquecedores de mi carrera profesional y creo que las siguientes factores han tenido mucho que ver en ello:
- Transformación: la evolución es fundamental de cara al desarrollo propio, tanto personal como profesional. La disposición a adoptar nuevas maneras de hacer las cosas, mostrarse abierto al uso de nuevas herramientas y metodologías de trabajo, el esfuerzo por intentar entender y aprender nuevas tecnologías, me han permitido tener un mayor espectro y visión del entorno en el que me muevo en mi día a día.
- Creer en lo que haces y poner pasión en tu trabajo: cuando tienes una visión clara sobre una idea de proyecto, fe ciega en ella y te dan la libertad y confianza plena para llevarla a cabo, tienes que sentirte agradecido por ello. Haber tenido la oportunidad de dar vida a un proyecto que muestre las enormes posibilidades de una nueva plataforma tecnológica que se está desarrollando, ejerciendo un nuevo rol para mi como es el de product owner, con la responsabilidad de poner en valor el trabajo y esfuerzo de un gran equipo técnico que hay detrás, y tener la oportunidad de presentar estos resultados en distintos eventos, ha sido, sin lugar a dudas, una de las grandes experiencias del año que más he tenido la fortuna de disfrutar.
- Equipo, equipo y equipo: para mi esta es una de las cosas que más valoro y que más significado dan a mi manera de entender el trabajo. Ser capaz de formar parte de un grupo de personas que crean y compartan tu visión de la cosas, percibir su complicidad e implicación absoluta en el proyecto, crear un espacio de libertad y confianza absoluta para expresar distintas opiniones, puntos de vista e ideas para mejorar el resultado final, pensando siempre en el bien común, con humildad y profesionalidad, ofreciendo cada uno el 100% de lo que puede dar. La suma y resultado de todo esto suele terminar en un trabajo brillante. Cuando tienes la suerte de trabajar en equipos así y, como responsable del grupo, poner tu granito de arena para hacer esta realidad posible, es de las mayores satisfacciones que uno puede tener.
- No puedes gustar siempre a todo el mundo: Esta es una de las grandes lecciones que cada año que pasa tengo más clara. Puedes intentar dar siempre lo mejor de si mismo, pensando en el bien del colectivo, intentando ser lo más profesional posible en su trabajo y obligaciones, y aun así, siempre habrá alguien que tengan una percepción de la realidad diferente a la tuya. Creo que uno siempre debe intentar ser congruente con sus pensamientos y creencias porque esto es lo que nos hace únicos y auténticos. Estar abiertos a escuchar a aquellos dispuestos a sumar y aportar opiniones constructivas y evitar dejarse influir en exceso por las que no lo son tanto (que incluso de éstas últimas, también se puede aprender mucho si lo enfocas correctamente).
En definitiva, que este 2016 llega a su fin y, al menos para mi, no ha sido un año más. Como la mayoría de vosotros, he vivido y tenido la suerte de disfrutar de buenos momentos y algunos otros no tanto, pero siempre he intentado mostrar mi mejor actitud y determinación para aprender de las experiencias vividas con el fin de mejorar de cara al futuro. Mientras tanto, habrá que irse preparando para dar la mejor de las bienvenidas al 2017.
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